Desde su debut en La vida sin Sara Amat, Maria Morera ha construido una carrera marcada por personajes profundos y proyectos que dialogan con lo íntimo. Ahora da el salto al universo de Netflix con Legado, donde interpreta a Lara Seligman, la hija menor de una poderosa dinastía familiar. Charlamos con ella sobre el oficio, la madurez, el vértigo del audiovisual contemporáneo y la necesidad de crear desde el cuidado.

NEREA FERGOM — ¿Qué te llevó a apostar por la interpretación?
MARÍA MORERA — Fue por casualidad. Mi madre tenía una amiga vinculada al cine que le pasó un casting para adolescentes. Yo no quería hacerlo porque nunca me había interesado la interpretación, pero ella envió las fotos sin decírmelo. Me seleccionaron, hice el casting y me cogieron. Fue durante el rodaje cuando me di cuenta de que me encantaba este mundo.
NFG — ¿Recuerdas algún momento clave en tu trayectoria?
MM — Sí, cuando rodábamos La vida sin Sara Amat. Teníamos una casa con patio y todos comíamos en el césped, charlando como en familia. Desde la distancia, observé esa escena y supe que ese era mi lugar. Me sentí en casa.
NFG — Has trabajado tanto en cine como en televisión. ¿Qué te aporta cada medio?
MM — Depende más del proyecto que del medio. La televisión me ha enseñado disciplina y rapidez. El cine, cuando lo permite, te da espacio para crear y opinar. En Legado, interpretar a Lara fue un reto: quería que su vida privilegiada no fuese su única característica. Quería que su personalidad brillara más allá del poder heredado.
NFG — ¿Qué te atrajo de Legado al leer los guiones?
MM — Me gustó que podía imaginarme claramente a cada personaje. Me atrajo la parodia sutil de sus vidas, a pesar de su aparente éxito. Creo que cada uno podría tener su propia serie derivada. Hay mucho que explorar.
NFG — ¿Qué aporta Lara Seligman a la familia que retrata la serie?
MM — Lara es la hija que se salva, la que no está marcada por el padre ausente. Es libre del trauma que arrastran sus hermanos. No idolatra el poder ni el dinero, y eso la convierte en un personaje que aporta otro color a la historia: juventud, sí, pero no ingenuidad.
NFG — ¿Cómo fue trabajar con José Coronado, que interpreta a tu padre?
MM — Legado es mi primer proyecto en Madrid. Venía de trabajar con amigos en Cataluña, donde nos conocemos todos. Aquí he aprendido muchísimo de actores como Belén Cuesta, Natalia Huarte, Susi Sánchez y José Coronado. Ha sido una gran escuela.
NFG — ¿Algún día de rodaje que recuerdes especialmente?
MM — El día del hospital. Es la primera vez que Lara ve realmente a su padre como persona. Quise mostrar ese dolor que también le llega a ella. Además, rodamos en un plató por primera vez, en el set de Respira. Fue intenso y especial.

NFG — Tus personajes suelen vivir procesos de maduración. ¿Qué te atrae de esos momentos vitales?
MM — Me interesan porque no se definen solo por la adolescencia. Todos han tenido una valentía muy particular. Mostrar esos procesos de cambio me parece clave para entendernos como personas.
NFG — ¿Qué buscas hoy en un guion?
MM — No estoy en un punto donde pueda rechazar muchos trabajos, pero sí me guío por la gente. Me enamoré de esta profesión por el trabajo en comunidad. Ese es mi motor.
NFG — ¿Qué mirada tienes sobre la industria actual?
MM — Estamos en un momento de sobreproducción. Se hacen series como churros, a veces de poca calidad. Me entristece ver cómo el dinero aplasta el arte, pero también sé que aún hay gente que trabaja con verdad. Todo cambia, y hay que pensar qué queremos hacer desde nuestro centro.
NFG — ¿Con quién te gustaría trabajar en el futuro?
MM — Hay mucha gente, pero siempre digo que me encantaría trabajar con Gaspar Noé.
NFG — ¿Tienes próximos proyectos?
MM — Sí, en julio estreno una obra de teatro en Cataluña. Era uno de mis objetivos este año. Estoy rodeada de gente a la que admiro y creo que va a ser un crecimiento brutal como actriz y como persona.
NFG — Y por último, como pregunta fija de esta casa: ¿podrías recomendarnos algo artístico que te haya conmovido últimamente?
MM — Estoy en bucle con Radiohead. Me gustan todas sus canciones, pero Everything in Its Right Place me parece una delicia.