El rodaje del segundo largometraje de Néstor Ruiz Medina ya está en marcha. Con un reparto encabezado por Esther Acebo, la película propone una sátira afilada sobre la estupidez humana, las adicciones y las relaciones modernas, ambientada en diversas localizaciones de Cuenca, Madrid y Cádiz.

Madrid, 6 de mayo de 2025 – El cine español suma un nuevo proyecto prometedor a su calendario: Al final todo va a estar bien, segundo largometraje de Néstor Ruiz Medina, ha comenzado su rodaje esta semana con una propuesta tan valiente como actual. La película explora, a través de cinco historias entrelazadas, los excesos, la desconexión emocional y el absurdo de la vida moderna. Una comedia dramática que combina humor negro, crítica social y ternura, todo bajo una mirada profundamente humanista.
Con un guion que se adentra en la complejidad emocional de sus personajes y una estética que recorrerá paisajes únicos de tres comunidades españolas, Al final todo va a estar bien se perfila como uno de los títulos más personales del año.
Una historia de vínculos rotos, soledad y absurdos cotidianos
La película parte de un relato coral con seis protagonistas (cinco adultos y una niña), cuyas vidas se entrecruzan en un ecosistema de relaciones disfuncionales, obsesiones digitales y dependencia emocional.
La sinopsis oficial presenta a Enrique, un hombre mayor que vive en un barco y que carga con una compleja relación con su sobrina Paloma, una madre ausente inmersa en el mundo de la publicidad y el alcohol. Paloma deja a su hija Ángela al cuidado de Enrique, iniciando así un proceso inesperado de conexión intergeneracional.
Mientras tanto, Víctor, ex pareja de Paloma, vive con Blanca, una influencer adicta a las redes sociales con quien espera un hijo. Ambos ocultan secretos que podrían dinamitar su relación. Por otro lado, Santiago, un hombre marginado y miembro de la comunidad Furry, lucha por salvar a su perro Klaus, enfrentándose a su propia fragilidad emocional.
“Al final todo va a estar bien. Y si no, no es el final”, reza el lema de la cinta. Una frase que resume el espíritu tragicómico del filme.
Esther Acebo lidera un reparto coral
El elenco de Al final todo va a estar bien reúne nombres reconocidos del cine y la televisión con talentos emergentes de la escena actual:
- Esther Acebo (La casa de papel) como Paloma.
- Roberto Manrique (Sin Senos Sí Hay Paraíso) en un papel aún por revelar.
- María Lázaro (21 Paraíso) y Alex Sorian Brown (Evan Wood, Hora y Veinte).
- Álvaro Manso (30 Monedas, La Vida Breve).
- Nüll García, Elena Zurita, Ana Ruano y la joven actriz Arya Laborda.
El reparto sugiere un enfoque interpretativo con matices, capaz de combinar la comedia más ácida con momentos de gran intensidad emocional.
Néstor Ruiz Medina: una voz singular del nuevo cine español
Con este nuevo proyecto, Néstor Ruiz Medina consolida una carrera que ya ha sido reconocida en festivales nacionales e internacionales. Sus cortometrajes Baraka (2018) y Chaval (2023) fueron nominados a los Premios Goya, mientras que su ópera prima, 21 Paraíso, obtuvo el reconocimiento del jurado en certámenes como el Festival REC de Tarragona y el Festival de Cine Europeo de Sevilla.
Para el director, rodar Al final todo va a estar bien en diferentes rincones de España no es solo una decisión artística, sino también personal:
“Rodar en Cuenca, Madrid y Cádiz no solo es una apuesta estética por paisajes menos explotados cinematográficamente. También es una forma de descentralizar la producción y apostar por nuevas narrativas territoriales. Además, Cuenca es tierra de mis raíces familiares, así que este rodaje tiene un valor sentimental añadido”, afirma Ruiz Medina.
Producción, localizaciones y fechas clave
La película cuenta con el respaldo de tres productoras: Mono con Pistolas, Sorenfilms y Hackeo Productions, y el apoyo institucional de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, la Diputación de Cuenca y los ayuntamientos de Cuenca, Carboneras de Guadazaón y Cañete.
El rodaje se extenderá durante siete semanas, y recorrerá enclaves naturales y urbanos con una mirada estilizada que promete captar no solo la belleza geográfica, sino también el latido emocional de cada territorio.
Un retrato incómodo, tierno y necesario
Al final todo va a estar bien no pretende ofrecer soluciones ni moralejas. Es un espejo deformante donde se reflejan las neurosis colectivas, las adicciones emocionales, la hiperconectividad, la soledad digital y la fragilidad afectiva contemporánea.
Desde un tono que bascula entre el drama intimista y la comedia más sarcástica, la película apunta a convertirse en una de las propuestas más arriesgadas del cine español reciente.
Una sátira necesaria sobre lo que somos
Con personajes que buscan sentido en el caos, relaciones que se construyen sobre mentiras piadosas y un universo narrativo que retrata la banalidad de lo cotidiano, Al final todo va a estar bien parece querer recordarnos que incluso en el absurdo hay belleza, y que a veces, el cine más conmovedor nace de observarnos con ironía y compasión.
Estaremos atentos a su estreno previsto para 2026, que sin duda marcará conversación tanto en festivales como entre el público general.