Cada 23 de abril, las calles de Cataluña se tiñen de rojo, de letras y de celebración. Sant Jordi, patrón de Cataluña y de los enamorados, es mucho más que una festividad local: es una fiesta cultural donde los libros y las rosas se convierten en protagonistas absolutos de una tradición única en el mundo.

El amor y la cultura se dan la mano
Cuenta la leyenda que Sant Jordi venció al dragón que atemorizaba al pueblo y de la sangre del monstruo nació una rosa roja. Desde entonces, regalar una rosa es símbolo de amor. Con los años, esta costumbre se unió a otra pasión catalana: la lectura. Así, desde el siglo XX, también se regala un libro, haciendo de esta fecha un homenaje doble: al amor y a la literatura.
El Día del Libro también se celebra mundialmente el 23 de abril por coincidir con la muerte de Cervantes y Shakespeare. Pero en Cataluña, esta jornada tiene un carácter propio: las calles de Barcelona, Girona o Tarragona se llenan de puestos de libros, autores firmando ejemplares y parejas intercambiando cultura y afecto.
Una jornada de cultura popular viva
- Firmas de autores: decenas de escritores firman ejemplares en librerías y casetas callejeras. Es un día de cercanía entre lectores y creadores.
- Lecturas públicas: desde instituciones culturales hasta colegios, la lectura se convierte en un acto colectivo.
- Eventos culturales: museos con entrada gratuita, recitales poéticos, presentaciones de libros y actividades familiares completan una agenda rica y plural.
- Rosas artesanas: además de la flor tradicional, muchas personas crean rosas de papel, tela o materiales reciclados como símbolo alternativo.
Un día clave para el sector editorial
Sant Jordi supone una cuarta parte de las ventas anuales del sector editorial en Cataluña. Librerías, editoriales y autores viven esta fecha como un termómetro del interés lector y una oportunidad para impulsar nuevos títulos. También es una gran plataforma para dar visibilidad a obras de voces independientes y literaturas minoritarias.
Lo que Sant Jordi nos recuerda
En un mundo hiperconectado, esta festividad nos invita a volver al papel, a la palabra y al gesto físico de regalar cultura. Un libro envuelto en una rosa es una declaración de intenciones: apostar por la belleza, el pensamiento y el arte como forma de cuidar(nos).
Y no te pierdas nuestra selección especial:
>> Las mejores adaptaciones literarias en cine para ver este Día del Libro
>> Autores españoles imprescindibles que deberías leer